Mediación Intercultural
La educación, la salud, el empleo, la vivienda, los sistemas de protección social, son ejes de trabajo que hay que tener en cuenta en todas las políticas de intervención con la minoría Roma. La intervención para el desarrollo global debe entenderse desde una perspectiva múltiple, abordando, al mismo tiempo, diferentes aspectos que posibiliten cambios positivos, como lo es el protagonismo de la propia etnia en su proceso de cambio y mejora.
Hay que señalar la importancia de involucrar a la propia comunidad Roma en el desarrollo de actuaciones sociales y de sensibilización para la inclusión. Así, el impulso de referentes positivos gitanos/as y la promoción de la participación social, son retos fundamentales a la hora de plantearse intervenir con esta población que aportan mayor significado y éxito en las actuaciones comunitarias, educativas, sanitarias etc. Por ello, es fundamental favorecer la presencia de personas de etnia gitana como mediadoras y mediadores sociales, ya que promueven la aceptación y comprensión del mensaje (comunicación entre iguales a través de códigos similares).
Esta modalidad de intervención de mediadoras y mediadores interculturales cuyo origen étnico es de la propia comunidad gitana resulta impactante, a la vez que es de gran eficacia.
Definimos la mediación intercultural como el proceso que contribuye a mejorar la comunicación y la interrelación entre personas o grupos presentes en un mismo territorio y pertenecientes a una o varias culturas.
La mediadora o mediador intercultural actúa de puente entre los diferentes actores con dificultades de comunicación y/o conflictos de convivencia por algunas de las siguientes causas:
- Para favorecer el conocimiento mutuo de códigos de referencia cultural y de los procesos de relación intercultural.
- Para favorecer el conocimiento de los servicios que prestan las instituciones públicas y privadas y de sus vías de acceso.
- Conocer la realidad social y cultural de las personas a las que se atiende por parte de los agentes sociales, educativos, sanitarios etc
- En situaciones de desigualdad y discriminación.
- Existencia de prejuicios y estereotipos en las relaciones entre personas y grupos culturalmente diversos.
- Vulnerabilidad psicosocial de personas y minorías inmersas en procesos de adaptación social y cambio.
- Falta de valoración de los servicios y recursos de las propias comunidades de referencia.
En definitiva, concebimos la mediación intercultural como una modalidad en la intervención social donde una tercera persona con la capacidad de dar a conocer las claves, las representaciones culturales y sociales de las personas implicadas, facilita la comprensión mutua y el entendimiento para prevenir situaciones de conflicto, mejorando así la relación intercultural y la convivencia. El mediador o mediadora actúa como referente positivo ante las personas de etnia gitana, así como también ante la comunidad sanitaria.
Desde el año 2006, las entidades que componen la Federación Red Artemisa han ido desarrollando un trabajo en red para promover y empoderar la figura de la mediadora de etnia gitana.